En muchas ocasiones conocemos productos e ingredientes saludables que deben formar parte activa de nuestra dieta pero ignoramos la cantidad diaria recomendada por los especialistas o su frecuencia de consumo. Hoy le toca el turno al aceite de oliva, prestigioso ingrediente de la dieta mediterránea.
España, 13 de noviembre (TICbeat).- No son pocas las ocasiones en las que se han abordado las ventajas del aceite de oliva como fuente de grasas saludables o ácido oleico, antioxidantes y otros nutrientes beneficiosos. Emblema de la dieta mediterránea, la producción de este ingrediente tan usado para la preparación de platos, el aliño de ensaladas o los salteados, está liderada por España a nivel mundial.
Entre sus múltiples beneficios, reduce el colesterol y los problemas cardiovasculares, favorece la digestión, fortalece los huesos, mejora el metabolismo, previene la depresión, tiene propiedades antiinflamatorias, ayuda a tener un peso equilibrado y disminuye la hipertensión. Seguro que en la dilatada esperanza de vida de los españoles, la segunda más alta del mundo después de Japón, tiene algo que ver este delicioso manjar.
¿Cuál es la cantidad exacta para consumir de este ingrediente? La respuesta se basa en el estudio “Prevención con Dieta Mediterránea” de Predimed, coordinado por Ramón Estruch, consultor de Medicina Interna del Hospital Cínico de Barcelona.
Esta investigación recomienda consumir al día 40 mililitros de aceite de oliva para mantener una dieta sana y equilibrada, lo que equivale a 37 gramos. A partir de 20 gramos diarios -siempre que 5 sean de antioxidantes-, el organismo comienza a recibir los cuantiosos beneficios del producto, rico en nutrientes como el ácido oleico, vitamina E y polifenoles.
Más de 7 mil sujetos participaron en este estudio, demostrando en las conclusiones que el consumo moderado de aceite reduce el riesgo de padecer diabetes y la tensión arterial, está relacionado con menos cuadros de depresión y merma las papeletas de padecer una enfermedad cardiovascular. Recuerda que no solamente cuenta el aceite que tomas en el pan del desayuno o que aplicas crudo a la ensalada, sino también el que empleas para cocinar, condimentar platos o preparar salsas.